Desde las primeras imágenes, magistralmente traídas para presentar a los personajes, te enganchas y no te vas de la trama hasta los títulos de crédito.
Ricardo Darín, como de costumbre, tiene una actuación espectacular. Pero en esta ocasión, me ha seducido mucho más la de su compañero, Guillermo Francella. Su papel me ha encantado, cómo encarna el personaje segundón, pero que es imprescindible en toda historia de la vida.
Y Soledad Villamil, consigue que el título de la película, sea realidad.
La película tiene amor, tiene misterio y tiene humor...qué más se le puede pedir?
La aconsejo fervientemente para aquellos amantes del buen cine.
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