martes, 9 de septiembre de 2014

Mérito, esfuerzo, sacrificio: ¿dónde están?

Foto: mujerhoy.com
Dos noticias,que han aparecido en prensa, me han hecho salir del letargo estival y regresar a este espacio para compartir con vosotros mis opiniones.
Ambas tienen un mismo fondo y una misma consecuencia: falta de motivación en los jóvenes de España y una carencia absoluta del afán de superación, esfuerzo y valoración del mérito.
Hoy en día, una gran mayoría de jóvenes, cree que se puede hacer dinero fácil, sin esforzarse, sin "sudar la camiseta" en el día a día del mundo laboral. 
Hablando de este tema, alguno me ha dicho que es fruto del capitalismo salvaje y de la burbuja inmobiliaria que atraía a los jóvenes con grandes salarios. Otros, que la crisis es la que produce la falta de motivación por falta de visión de un futuro mejor. Puede que ambas sean parte del problema, pero creo que hay una raíz más profunda y preocupante. 
Los padres que ahora tienen hijos entre los 20-30 años, han sido educados por unos padres que tuvieron un entorno muy duro. Una España que se abría al mundo exterior y que estaba llena de oportunidades, pero en la que había que esforzarse para conseguir el éxito. Ya no digo tener una formación, digo esforzarse. Trabajar duro. Valorar lo que costaba tener las cosas.
Con una visión equivocada, desde mi punto de vista, a sus hijos les han procurado dar todo sin enseñarles esos valores de esfuerzo, de valorar lo que cuesta tener algo en la vida. La consecuencia es, que estos jóvenes no son constantes, no respetan unas normas básicas porque nunca se las pusieron, creen que todo es posible y que todo se lo tienen que dar. Exigen sin querer tener obligaciones.
Mientras tanto, nuestros medios de comunicación, que lamentablemente son casi la única fuente de educación para algunos, muestran personajes que llevan una vida enmarcada en el falso lujo, en el falso éxito profesional. Y como es normal, son sus ejemplos a imitar. 
Antes de verano estuve en un evento, en Valencia, que se daban varias conferencias a la vez. En una de ellas, que estuve escuchando un rato, el conferenciante le preguntó a su auditorio: decidme quiénes son vuestros modelos en la vida a imitar, que sean españoles y no deportistas o personajes de televisión.  El silencio fue la única respuesta que obtuvo.
Es un problema, muy serio, que para nuestros jóvenes, los únicos modelos sean este tipo de personas. Ni escritores, ni investigadores, ni empresarios de éxito... 
Sigamos creando este tipo de sociedad y demos gracias a Dios que hoy por hoy, las naciones ya no se invaden como antaño, porque de ser así, en breve seríamos una pera en dulce para cualquier "civilización superior".